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Hacia una sociedad sin efectivo

“Que tu limosna quede en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará” (Mt. 6,4)

La sociedad sin efectivo será una realidad en pocos años, sin que seamos capaces de predecir cuantos. Personalmente, no creo que lleguemos al 2030 con efectivo. De hecho, el término “sociedad sin efectivo” (cashless society) se viene utilizando desde hace tiempo.

En la sociedad cada vez hay más movimiento de dinero digital que físico y la pandemia ha contribuido a acelerar este proceso. Ya hay países en los que no existe efectivo.

A los bancos también les interesa una sociedad sin efectivo (cashless society). Cada vez que se fusionan, cierran sucursales y desaparecen cajeros por lo que nos resulta más difícil a los ciudadanos conseguir efectivo. No nos lo ponen fácil. Además, muchas de las sucursales están eliminando las cajas o limitando sus horarios, por lo que los comercios tienen complicado realizar sus ingresos de efectivo.

El Estado, gobierne quien gobierne, siempre va a favorecer los movimientos digitales, porque aumenta su control sobre la economía, ya que, sin efectivo, no hay economía sumergida, ni robos, ni atracos. Pero tampoco hay colectas.

Las colectas parroquiales son una operación bancaria de ingreso de moneda costosa para los bancos. No todos la aceptan y algunos cobran por ella, -las comisiones varían según el banco y llegan hasta 80 €uros por cada ingreso que re realiza; y los que aún no las cobran, pueden hacerlo en cualquier momento para compensar los costes que les genera este procedimiento-.

Por eso, para las parroquias también es más favorable que el dinero se mueva digitalmente: suscripciones periódicas, Bizum, o donaciones mediante tarjeta.

No todo el mundo lleva efectivo actualmente, pero casi todos llevamos una tarjeta. Por eso, se ha instalado en la parroquia un atril para facilitar las donaciones con tarjeta.

¿Cómo funciona el atril para donativos con tarjeta?

Para agilizar su uso, las operaciones son sin contacto (contactless), no hay que meter pin, y no se emite recibo de ellas. Se procede de esta forma:

  1. Elegimos uno de los cuatro importes que aparecen en pantalla: 2, 5, 10 o 19 euros.
  2. Situamos nuestra tarjeta en el lector, y aparecerá un tic verde cuando se haya leído y ejecutado el cobro.

Así de sencillo. Si quisiésemos donar por ejemplo 7 euros, podemos hacer dos donaciones consecutivas, una de 5 y otra de 2.

Los ingresos que llegan a las parroquias por esta vía, así como por BIZUM, se consideran donativos anónimos, como los de las colectas, y no podemos desgravarnos de lo donado.

Si en tu declaración de la renta quieres incluir las favorables deducciones por donativos, tu mejor opción es hacer una suscripción periódica. ¡Pregúntanos cómo!

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