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Domund 2021

¡Cuenta lo que has visto y oído!

El domingo 24 de octubre celebraremos la Jornada Mundial de las Misiones, que en España conocemos como DOMUND (de DOmingo MUNDial). Es un día para la oración y la ayuda económica, que se sitúa ya al final de octubre, el mes misionero por excelencia. Este año celebramos la Jornada con el lema “Cuenta lo que has visto y oído”, que evoca el libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 4,20) y nos invita, como los misioneros, a ser testigos del amor de Dios.

Del mismo modo que se nos queda corto un único día para demostrar el amor al padre o a la madre, se nos queda corto un solo día para las misiones. Pero aunque un día sea poco, es muy importante si en él abrimos nuestro corazón a las necesidades de las iglesias más jóvenes en el mundo, las que tienen mayores dificultades para salir adelante.

La colecta del Domund se destina a la evangelización. Evangelizar es lo más importante que hacen los misioneros: llevan la buena noticia del Evangelio a quienes todavía no lo conocen… ¡y son muchos! Ellos cuentan lo que han visto y oído en sus propias vidas, y de esa experiencia compartida prende la fe en los nuevos cristianos.

La colecta que se realiza el día del Domund, y que se hace en todos los países, se destina a un Fondo Universal de Solidaridad que la Santa Sede tiene para las misiones. Es decir, que esta ayuda no va destinada a ningún misionero o misión en particular, sino a sostener todos los territorios de misión (más de 1.100) donde la Iglesia está en sus inicios y necesita de la ayuda de todos nosotros para establecerse. Estos territorios representan un tercio de la Iglesia católica, y uno de cada tres bautismos en el mundo se celebra en ellos. Allí la Iglesia crece, y necesita que la ayudemos a “hacerse mayor”.

Esta aportación del Domund para la misión universal de la Iglesia permite que el Santo Padre, a través de las Obras Misionales Pontificias (OMP), atienda a las necesidades más urgentes que le presentan cada año las iglesias más pobres del mundo. ¿No es hermoso sentirnos junto al Papa, unidos en la misión universal de la Iglesia? ¿No es hermoso ayudar con nuestro sacrificio y oración en favor de las Iglesias más necesitadas? ¿No es hermoso contar lo que hemos visto y oído hacer a los misioneros y misioneras?

Todos somos misioneros, todos podemos contar lo que el Señor ha hecho en nuestras vidas, y todos podemos ofrecer algo a la misión. Aunque nos parezca poco, Dios lo multiplicará.

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