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Ya es Navidad en Santa Paula

Estrenamos belén, concurso de Christmas y mercadillo navideño. Un años más, la jornada de Sembradores de estrellas abre nuestra Navidad.

Un año más, después de haber superado la pandemia que rompió con todo lo que conocíamos y con nuestra manera de juntar y de celebrar, nos volvemos a juntar hoy aquí, en torno a Belén.

Belén una pequeña ciudad que se regocijaba por el nacimiento del Enmanuel, el Dios con nosotros, que nacía para traer la buena nueva. “Porque el verbo de Dios se hizo carne.” 

Muchas veces cuando leemos ese pequeño fragmento, nos quedamos pensativos y reflexionando que nos quiere decir el evangelista con estas palabras. Podemos pensar en muchos verbos, pero el verbo que define a la perfección a Dios es el amor. El amor que Juan Pablo II explicaba así: 

El amor nace para nosotros nos invita a que no permanezcamos indiferentes ante la injusticia que nos comprometamos responsablemente en la construcción de una sociedad más cristiana, una sociedad mejor. Para esto es preciso que alejemos de nuestra vida el odio, que reconozcamos como engañosa, falsa, incompatible con su seguimiento toda la cultura de la violencia y el odio como remedios para conseguir la justicia, El amor vence siempre como Cristo ha vencido, el amor ha vencido con su nacimiento, Dios nos da la oportunidad de amar a pesar de sucesos o situaciones concretas que nos hacen sentir impotentes, Cristo parecía impotente en el pesebre pero Dios siempre puede más. El amor vence siempre.

Jesús nace otro año más para nosotros para enseñarnos lo principal de esta vida, que es el respeto y el amor al prójimo como a uno mismo. 

La navidad, o en su forma más larga Natividad es la vuelta al inicio, hacer un reset en nuestras vidas, pararnos, amar y volver con nuestra vida. Esto es lo que nos enseña el belén, a parar, alegrarnos por el nacimiento, amar y demostrarlo en nuestras vidas. El belén es una manifestación artística del evangelio es una pequeña catequesis, que este año la asociación de belenistas de esta parroquia nos ha regalado, cada figura le podemos atribuir un significado, pero sin lugar a duda el verdadero sentimiento lo encontramos en el portal, en el misterio. En la sagrada familia, que nos hace parar y comprender la parte humana de Jesús, quien iba a creer que un niño nacido, o en un pesebre, lo que podemos considerar como lo más bajo de la sociedad de aquel momento iba a ser el Salvador, el mesías que desde su pequeñez, nos iba a enseñar más que algunos sabios de la época.

Por otro lado, debemos destacar las figuras de José y María. Dos personajes de nuestra historia que si no hubiese sido por su humildad y por su fidelidad a Dios ninguno de nosotros estaríamos aquí reunidos. 

San José, en muchas ocasiones el olvidado, nos enseña mucho, puesto que gracias a su fidelidad y confianza a Dios, reconoció la grandeza de este y entendió el misterio que a lo largo de los tiempos nadie podrá explicar, porque la grandeza de Dios espíritu Santo es tan grande que es inexplicable a los ojos racionales de todo hombre.

Mención especial debemos hacer a María, que importante es María hasta su propio nombre nos explica su grandeza. María la estrella de los mares, María es el faro que cuando perdemos el rumbo en nuestra vida, nos alumbra y nos hace recordar quienes somos y a que camino estamos llamados. 

María es la mujer del hágase, Hágase en mi según tu palabra. María es guardiana de la palabra de Dios por eso en muchos textos escuchamos, María meditaba todas estas cosas y se las guardaba en su corazón. María fue biológicamente sagrario de Cristo pero también es sagrario espiritual de la palabra de Dios.

Por todo ello María tenía una promesa, la de cumplir la voluntad de Dios hasta el extremo, dejarse en manos de Dios y confirmar en la santa providencia, hasta tanto que nuestra madre se proclama como la esclava de Señor, no una esclava como pensamos sino esclava del amor y por el amor. 

Definitivamente María es nuestra luz y por eso San Bernardo escribió estas hermosas palabras.

“¡Oh tú que te sientes lejos de la tierra firme, arrastrado por las olas de este mundo, en medio de las borrascas y de las tempestades, si no quieres zozobrar, no quites los ojos de la luz de esta Estrella, invoca a María!

“No te extraviarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si en Ella piensas. Si Ella te tiende su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás, si es tu guía; llegarás felizmente al puerto, si Ella te ampara. 

En conclusión, el amor ha vuelto a vencer en este precioso belén, pero ojalá venza en nuestros corazones, para poder cambiar el mundo y que desaparezca la cultura del odio, la indiferencia, el egoísmo y la muerte.

Me gustaría terminar estas palabras recogiendo una propuesta de una mujer mus castiza donde nos propone hacer un pacto por la Navidad, que nos unamos a volver a ser niños en el mejor sentido, en recuperar la cultura religiosa que es inseparable de la cultura con mayúsculas de la que venimos y que necesitamos para saber dónde ir.

Ya para terminar quería dar las gracias, en primer lugar y por la parte que les toca al grupo de belenistas de la parroquia, un pequeño grupo de personas pero grandes de corazón, por haberle dedicado tanto tiempo a nuestro Belén. En segundo lugar, gracias a los sacerdotes de esta parroquia, en especial al párroco por confiar ciegamente y darnos tantas facilidades. Y por último, pero quizá el mayor agradecimiento que tenemos, y es el poder contar con todos vosotros, con la asamblea, gracias por confiar esa confianza que se transforma en amor, no un amor solitario sino un amor de comunidad, ese amor que se refleja en vuestro trabajo y tiempo que dedicáis, en vuestra colaboración y en la vida que dais a la parroquia. 

Porque Santa Paula tiene vida y mucha vida. 

¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!

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