Agenda de Cuaresma:
- Vía Crucis. Todos los viernes: después de la Misa de 19 horas.
- Charlas Cuaresmales: miércoles 10 de marzo y miércoles 17 de marzo, 19,30 horas.
- Semana penitencial: 22 al 28 de marzo. Confesiones después de todas las Misas, y por las tardes de 18 a 19 horas, en el despacho parroquial.
Al que ayuna, san Pedro Crisólogo le dice que “procure atender el sentido del ayuno: que se haga sensible al hambre de los demás, si quiere que Dios sea sensible a la suya; si espera piedad, que él también la practique; si espera obtener favores de Dios, que él también sea dadivoso. Es un mal solicitante el que espera para sí lo que él niega a los demás”.
Durante el tiempo de Cuaresma, la Iglesia −que es Madre y Maestra−, nos pide intensificar la oración, el ayuno y la limosna. Son prácticas que tenemos que aprender a “gustar”, y que nos ayudan a entrar, poco a poco y cada vez más, en la intimidad con Dios.
Santa Paula nos ayuda a avanzar en el camino de la santidad facilitándonos momentos de oración, animándonos a ejercer la caridad entre nosotros y a través de la limosna, que será más generosa si somos capaces de privarnos de algo por los demás. Depende de nosotros aprovechar estas oportunidades.
Durante el tiempo de Cuaresma nos reuniremos todos los viernes después de la misa de las 19 horas, para rezar el Vía Crucis. Esta devoción nos invita a recorrer el camino de la cruz con Jesús, a su paso, sin prisa, deteniéndonos en cada estación para acoger su infinito amor por nosotros.
Además, para profundizar y hacer más sólida nuestra fe, tendremos dos charlas cuaresmales en dos miércoles consecutivos, el 10 y el 17 de marzo, que este año nos ofrecerán las Misioneras del Sagrado Corazón. Nuestro párroco les ha pedido que nos presenten a su fundadora, santa Francisca Javier Cabrini, como modelo de oración y evangelización.
Y para que nos volvamos a Dios, busquemos su abrazo, y recuperemos la alegría que encontramos en la confesión, Santa Paula tendrá una semana penitencial en la cual dos sacerdotes estarán a nuestra disposición si queremos acercarnos al Sacramento de la Reconciliación.
No dejemos pasar la Cuaresma, Dios está siempre preparado para sorprendernos, ¿lo estamos nosotros para salir a su encuentro?