Aunque encontramos muchos antecedentes de la representación plástica del nacimiento de Jesús, tanto en las catacumbas romanas como en las iglesias y otros lugares relacionados con el culto religioso cristiano, la costumbre generalizada de representar el nacimiento del Niño Jesús con figuras se originó en la Edad Media.
El primer Belén del que tenemos noticia, data de 1223, año en que San Francisco de Asís, celebró la misa de Navidad en una cueva, en Italia, colocando en ella un pesebre con una imagen del Niño Jesús en piedra y a ambos lados un buey y un asno vivos. La tradición cuenta que al coger San Francisco la imagen del niño Jesús, este cobró vida; este milagroso suceso se propagó por toda Italia y en todas las casas se comenzó a poner el belén.
Esta práctica llegó a España desde Italia a través del rey Carlos III que había sido rey de Nápoles. El rey y su esposa entusiasmados por los belenes consiguieron que los nobles les imitaran y poco a poco la costumbre echó raíces en todos los hogares españoles, llegando también a Latinoamérica.
Desde 1870 en que se colocó el primer árbol de Navidad en España y fueron apareciendo los adornos navideños, ambos han convivido con el tradicional montaje del belén navideño. Sin embargo, en los últimos años, el belén ha ido perdiendo protagonismo en muchas casas que se han decantado por una decoración más laica perdiéndose, poco a poco, el significado primigenio de la Navidad, como la celebración del nacimiento de Jesús, hasta desparecer por completo su expresión en muchos hogares.
Nosotros, los cristianos, tenemos la obligación de mantener viva esta tradición para que no desaparezca y para transmitir a las generaciones futuras, el verdadero sentido de la Navidad, sin dejarnos obnubilar por otras modas llegadas de lejanos lugares.
Que la oración ante la cuna del niño Dios y la visión de los belenes de otros fieles nos una más a todos como una gran familia en la fe y que la celebración de nuestra Navidad gire en torno a Jesús niño, sin olvidar que, sin él, esta gran fiesta no existiría.
Una respuesta a «La tradición navideña de poner el belén en casa»
Muy bonitos los belenes y sobre todo el mensaje que llevan. Que Jesús ha nacido para enseñarnos una forma de vida para comprender al otro y con respeto y amor ganarnos el cielo.
Muchas gracias equipo de comunicación!