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La tradición de poner el belén en casa

Que un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado…,
y su nombre será: …Príncipe de la Paz (Isaías 9,6)

Con la llegada de la Navidad, son muchos los hogares, que, siguiendo la tradición de siglos, se decoran con más o menos adornos, dependiendo fundamentalmente del tamaño de las casas y de las creencias de sus dueños.

En todas o casi todas, encontraremos un variado surtido de luces, estrellas, piñas, ramas, bolas, espumillones, figuras de Papá Noel y de animales… colocadas con mimo en los lugares más estratégicos para que luzcan en todo su esplendor. Hallaremos además el árbol navideño, (costumbre que apareció en Alemania en el siglo XVII y que escogió al abeto para este fin, -por ser una especie que representa la vida eterna, ya que es de hoja perenne y vive más que otros-), por supuesto decorado con múltiples adornos, cintas, lazos y luces (antiguamente velas) y que suele ser coronado por una punta, una estrella o un ángel, dependiendo de los países.

En los hogares cristianos, además no puede faltar el tradicional belén que adquiere múltiples formas y tamaños, desde el sencillo pesebre, formado por la Sagrada familia, el buey y la mula que trasladó hasta allí a María encinta y a José, hasta el belén completo con castillo de Herodes, el pueblo, formado por más o menos casas, los pastores en el campo, las ovejas, el ángel que les anuncia la llegada del Señor, los Reyes Magos y toda la parafernalia que la imaginación nos lleve a plasmar, seamos capaces de reunir y tenga cabida en el espacio dedicado en exclusiva para la ocasión.

Es difícil en estos tiempos que vivimos recordar lo importante de la Navidad para los cristianos, que es el nacimiento de Jesús quien como Guía va a ser el encargado de transmitir el mensaje de Dios al mundo. Jesús viene a salvarnos, a traernos un mensaje de paz y esperanza para toda la humanidad y lo más grande, nos trae a su padre, Dios. Solo esto debería bastarnos para comprender la grandeza de su figura.

Que la representación del belén en nuestros hogares nos sirva para recordar que tenemos que seguir su ejemplo, rezar en familia ante el Niño Jesús y procurar ser cada día mejores personas; solo así conseguiremos ser lo que Jesús quiere, mensajeros, misioneros de su amor a todos los que nos rodean.

¡Feliz Navidad!

P.D.: Animaos, como el año pasado, a enviar a mi correo electrónico las fotografías de vuestro belén particular, las publicaremos al final de esta noticia: lourdes@parroquiasantapaula.com

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