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El rincón del feligrés

Pedro Tomás Sanz

A los que no vienen a la parroquia, les diría como Jesús: “Ven y verás”

Me llamo Pedro Tomás Sanz, tengo 76 años, estoy casado con Mary Carmen, tengo dos hijos y dos nietos. He trabajado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (C.S.I.C.), y desde 2012 estoy jubilado. 

Vinimos a vivir al barrio en 1980, y ahora, de jubilado, mi vida transcurre entre la familia y la parroquia. Durante gran parte de mi vida he sido católico practicante, pero con muy poco compromiso, un católico de “cumplimiento”. Pero un buen día, gracias a Dios, me propuse dar un paso hacia mi conversión. Solicité hacerme voluntario de Cáritas. Nunca me he arrepentido de aquella decisión.A partir de entonces, la vinculación con la parroquia ha ido creciendo, de lo que me siento muy contento. Ahora participo en muchas actividades. 

La Parroquia enriquece mi fe y mi vida espiritual a través de las prácticas religiosas: oración, sacramentos…, y me permite disfrutar de un entorno social extraordinario, que también me ayuda a crecer en la fe y en la caridad.Todo esto me produce una gran paz interior.

En la parroquia colaboro en la gestión económica, soy voluntario en el grupo de Cáritas parroquial, secretario de la Hermandad de San Blas, y procuro estar disponible para todos los pequeños problemas que surgen diariamente, como averías, limpieza, relaciones con proveedores, con el banco….etc. Afortunadamente, otros feligreses me están sustituyendo ya en varias de estas tareas, porque yo comenzaba a sentirme desbordado.

La Parroquia es para el barrio un camino de fe y de conversión para todos los que nos acercamos a ella. La vida parroquial, a través de sus prácticas religiosas, actividades, grupos etc. es un camino seguro de conversión.Por ello, a los que aún no la frecuentan, pero sienten inquietud porque el mundo no les llena, les diría como decía Jesús: “VEN Y VERÁS”.

3 respuestas a «Pedro Tomás Sanz»

Muy bonito lo que has dicho. A mí me pasó algo similar. Me aparté, por falta de tiempo, de la Iglesia. Pues desde que volví tengo una paz interior como no la he tenido nunca.

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