Marcos 11, 1-10 y 14,1-15,47.
Comentario
El Domingo de Ramos es el pórtico de las celebraciones de Semana Santa. En la liturgia de este domingo encontramos dos elementos claramente diferenciados: la conmemoración de la entrada de Jesús en Jerusalem y la contemplación de la Pasión de Cristo.
La liturgia de los ramos expresa la tradición de la Iglesia de Jerusalem que reproducía la entrada de Jesús en la ciudad santa. El segundo elemento, la Pasión tiene su origen en la tradición romana. A cada uno de ellos corresponde la proclamación de un evangelio. En el primero, Marcos 11, 1-10, nos presenta la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalem. No es la entrada triunfal de un rey al uso en caballo blanco. Es el camino gozoso y festivo de un pueblo lleno de esperanza. Los símbolos son profundamente significativos, entra montado en un pollino, en un humilde asno, cumpliendo así la profecía de Zacarías (9,9) que anuncia la llegada del Mesías. Los ramos son signo de paz y a Jesús le aclama como Hijo de David.
Hay un contraste en los gritos de la multitud entre los dos evangelios. En el primero: “Hosana, Bendito el que viene en nombre del Señor”. En la Pasión: “Crucifícalo”. El triunfo y la muerte, la acogida y el rechazo. El camino inicialmente festivo se convertirá en camino de pasión y muerte. Pero el gozo inicial está ya prefigurando el triunfo definitivo en la Resurrección.
El evangelio de Marcos es el más corto. Tiene solo 16 capítulos, de los cuales el 14 y 15 corresponden a la Pasión y el 16 a la Resurrección.
El comienzo del Evangelio, que constituye el título dice: “Comienzo de la buena noticia de Jesús, Mesías, hijo de Dios”. Y el relato de la Pasión termina con la expresión del centurión “Verdaderamente este hombre era hijo de Dios”.
El relato de la Pasión comienza con la unción en Betania y la cena pascual con los discípulos, dentro de la cual se instituye la Eucaristía y se anuncia la traición de Judas y la negación de Pedro.
La segunda escena es la oración en Getsemaní y el prendimiento.
La tercera es el doble proceso ante el Sanedrin y ante Pilatos.
En la cuarta escena se nos narra, la condena a muerte, la crucifixión y muerte de Jesús.
El capítulo 15 se cierra con la sepultura de Jesús.
El texto de Marcos identifica la última cena con la cena pascual judía que se celebra el 15 del mes de Nisán, con el cordero sacrificado el día 14
Marcos nos presenta los hechos históricos de la pasión y muerte de Jesús en su significado profundo: nuestra salvación.
Jesús se presenta en todo momento consciente de lo que está ocurriendo, asume su muerte en fidelidad la voluntad del Padre: “No se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú”.
El evangelio caracteriza a Jesús como siervo sufriente, tal como hemos escuchado en la primera lectura de Isaías, y como rey de los judíos, el título de la condena, es decir, como el Mesías salvador.
En todo el relato de la Pasión hay un verbo profundamente significativo: “entregar”. Judas entrega a Jesús, al Consejo, el Consejo entrega a Jesús a Pilato y este entrega a Jesús para que le azoten y le crucifiquen. Pero todo esto que ocurre en el plano histórico corresponde a un significado más profundo: El Padre entrega al Hijo para salvar a la humanidad, el Hijo se entrega voluntariamente en fidelidad al Padre y por amor a la humanidad.
Contemplando a Cristo puesto en cruz pidamos conocimiento interno del Señor para más amarle y mejor seguirle.
José Francisco Riaza
2 respuestas a «Domingo de Ramos»
Buenas tardes,
Me gustaría saber qué horarios de los oficios y vigilia de sábado de Gloria.
Quedo a la espera.
Un saludo.
Hola Rocío,
Muchas gracias por tu consulta. Acabamos de publicar la noticia con todos los horarios de los oficios de esta semana. Este es el enlace: https://parroquiasantapaula.com/agenda-de-semana-santa-2/
Feliz semana santa!