Ayudar a la Iglesia en sus necesidades es entender que por el sacramento del Bautismo todos somos miembros y corresponsables de la Iglesia. Hay muchas formas de ayudar a la Iglesia. La Iglesia necesita nuestra oración, nuestro tiempo, nuestras habilidades, y también necesita recursos económicos. Si quieres saber cómo puedes colaborar económicamente y las deducciones de las que te puedes beneficiar por ello, pincha aquí.
La Iglesia se sostiene gracias a ti. Cuando aportas tu tiempo, tu esfuerzo, tu oración, y tu colaboración económica, estás ayudando a la Iglesia en su ingente labor evangelizadora y socio caritativa. Hay que construir y mantener templos, pagar la manutención de los sacerdotes, los gastos de los seminarios, dar atención religiosa en cárceles y hospitales, ayudar a los necesitados a través de Cáritas, etc.
Recuerda, para llevar adelante toda esta tarea evangelizadora son necesarios voluntarios y recursos económicos. La Iglesia somos todos. Somos una gran familia contigo.