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¡Gracias!

Lidia, una de las jóvenes organizadoras de la Operación bocata 2022 nos cuenta su experiencia.

Después de casi una semana dejando reposar todo lo que se vivió en la Operación Bocata, hay una palabra que se repite sin cesar, y es GRACIAS.

El pasado sábado día 26 de noviembre los distintos grupos de nuestra parroquia participaron en un proyecto que lleva realizándose desde 2014. Bajo el nombre de Operación Bocata los jóvenes de Santa Paula llevan años saliendo por las calles del centro de Madrid a repartir comida a las personas que se encuentran en la calle, pero la actividad implica mucho más que eso. 

A las nueve y media de la mañana los grupos de adultos de la parroquia y un grupo de voluntarios, que se ofrecieron en la pasada convivencia fraternal de inicio de curso, comenzaron la jornada. Estuvieron preparando los paquetes que más tarde iban a meter los jóvenes en sus mochilas para llevárselos a repartir a las personas que lo necesitan. Los lotes estaban compuestos por productos de higiene con cepillo y pasta de dientes, pastilla de jabón, gel, desodorante, pañuelos de papel, mascarilla, cuchillas de afeitar y compresas, una bolsa de comida que contenía una dos bocadillos, varias piezas de fruta, una botella de agua, un zumo y un dulce, y ropa, tanto de abrigo como interior y calcetines. Después de terminar la preparación, los jóvenes y los adultos subieron al templo para que José Luis realizara el envío. Los jóvenes posteriormente cargaron sus macutos y se marcharon al centro de la ciudad divididos por grupos para recorrer hasta cinco rutas diferentes. La actividad no sólo implicaba la entrega del lote; en verdad esto era sólo una excusa para concienciar de un problema real y presente en nuestra sociedad: el sinhogarismo y la pobreza. El objetivo de la actividad era pasar tiempo de calidad con las personas que lo necesitan, a la vez que animarles a salir de su zona de confort para encontrar en el otro el rostro de Jesucristo. Desde el amor y según comentaron después, atendieron a estas personas mediante una escucha activa, con respeto, comprensión y sonrisas. 

Mientras tanto, los más mayores se quedaron en la capilla profundizando sobre el mensaje del Papa Francisco por esta Jornada Mundial de los Pobres que tiene como lema “Jesucristo se hizo pobre por ustedes” con una posterior Adoración. Descubrieron que estamos invitados a participar en la colecta y por los que más lo necesitan más que nunca y que la pobreza de Cristo, que se hace pequeño por nosotros, no oculta la riqueza de su amor. 

Después de comer, del grupo de menor edad, varias jóvenes participaron haciendo un bizcocho para el posterior compartir y preparando una ofrenda en el altar del templo con los nombres de las personas que se encontraron los grupos de las rutas por el centro. Se tuvo presente a Carlos López, Víctor romero, Lila Sánchez, Araceli, Juan Carlos, el monje Francisco, Israel, James, Katy, Daniel, Cornel, Kemal, Jumane, Dián, Memet, Carmen, Vandana, Juan Carlos, Juan y sus hijos Jose Luisa y Antonio, Andrés, su hija Saray, María, Ángel, José, Lukas, Hasard, Faset, Mohammed, Igor, Florin, Khaled, José, Mariana, María, Ángel, Ibrahim, Belmon, Luis, Óscar, Alfonso, Alonso, personas de la Plaza de las Descalzas, Antonio, Pepe, José, Valentin, María e Izzy, John, Basil, Antonio, Antonio, y a las personas que se conocieron otros años en la Operación Bocata.

En la Eucaristía participó el coro de jóvenes para comenzar el Adviento como se merece: con unas canciones que nos animan a prepararnos para el nacimiento del Señor. Santa Paula estaba llena de vida, está aún presente el mensaje de COMUNIDAD que tanto resonó en nuestra pasada convivencia. Santa Paula tiene vida y tiene sed de Dios. 

Al terminar la Vigilia se realizó en el templo un compartir final en el que una persona de cada grupo contaba su testimonio de la jornada, de qué forma había participado en la actividad y cómo se había sentido. Se cerró el día con una chocolatada y con unas palabras que se repetían continuamente:

GRACIAS a todas las personas que han participado, tanto donando lo que podían, como las personas que estuvieron y las personas que, aún no pudiendo estar con nosotros, nos tuvieron presentes en su oración. GRACIAS a vuestras donaciones superamos con creces lo esperado. GRACIAS a vuestra generosidad la actividad tiene prospección para un futuro no tan lejano como hasta dentro de un año. GRACIAS a Dios todos los años somos capaces de llevar el amor por las calles de Madrid. Y GRACIAS a Jesús ponemos amor, o por lo menos lo intentamos, en todas las cosas que hacemos. GRACIAS.

Lidia Soler – Galilea

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